Además del altar del primer encuentro con Dios, Abraham edificó otros tres tipos de altares. Tales altares también cumplían con los mismos requisitos que el primero: debían ser edificados en tierra y tenían que ser levantados con piedras.
Cuando Abraham se encontraba entre Betel y Hai, tuvo la necesidad de construir el segundo altar - “el altar en medio de la incertidumbre” (Génesis 12: 8). Él se encontraba entre la casa de Dios (Betel) y ruinas y escombros (Hai). A veces Te vas a enfrentar entre la iglesia y la ruina; es ahí donde viene la incertidumbre. El altar hace la diferencia, te da fuerzas. Abraham sacrificó sus dudas y siguió su camino.
El tercer altar surgió a causa de contiendas porque el espacio no era suficiente por tantas bendiciones que tenían (Génesis 13:14-18). A pesar de que Abraham amaba a Lot, tuvo que separarse de él, pero en medio del dolor, Dios se le apareció en su tristeza y le afirmo la promesa que le había hecho. Tienes que separarte de relaciones que impiden que hagas la obra de Dios... amigos, vecinos etc.
Abraham no confió en su riqueza ni dijo que el dinero arreglaría el problema. Esto lo demostró con el cuarto altar que levantó para Dios, el alta “punto máximo de adoración” (Génesis 22:19). Tuvo que sacrificar lo que más amaba. Veinte años había esperado por su hijo, pero le faltaba el cuarto altar, donde se sacrifica lo que más tú amas. Allí en ese altar dijo "Jamás amaré algo o alguien más que a Ti, Dios." Desde ese momento Abraham fue prosperado aun más.
Edifica estos cuatro altares y verás resultados extraordinarios en tu vida tales como los vio Abraham.