Liberándonos de las ofensas

¿Qué cosas le han hecho que le han ofendido? Vamos a aprender a perdonar y a olvidar. De acuerdo a la palabra del Señor si dejamos atrás esas cosas viviremos en paz.

Abraham le dijo a Lot "tú y yo no podemos seguir peleando". ¡Debemos desatar el Shalom de Dios! Era tanta la bendición de Abraham y Lot que ya no tenían ni donde ponerlas. Dios los había prosperado grandemente. Pero a veces los que no tienen es porque los lugares los tienen ocupados con rencor lo cual hace que la bendición de Dios no quepa en sus vidas y Dios decide bendecir a otros.

Según Marcos 11:24-26, debemos perdonar para que Dios nos perdone- ¡es el fundamento del Cristiano! El ofendido tiene la misma responsabilidad de recibir el perdón como el que tiene que pedir perdón. En el mundo espiritual eso es justicia.

Hay tres principios para podernos liberar de las ofensas:

• Perdone las veces que sean necesarias (hasta que ya no le afecte). La falta de perdón tiene efectos negativos no sólo en nuestras emociones sino en nuestro físico; efectos como enfermedades e insomnio. El que no ama a su hermano es un homicida de acuerdo a la palabra de Dios. La resistencia a las ofensas es necesaria en la vida del cristiano. ¡Nosotros decidimos si lo que nos dicen nos va a afectar o no!
• Conozca el valor de la palabra. La biblia nos dice “todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo” “Si dos se ponen de acuerdo le será hecho”. Es esencial comunicarse con el ofensor; el silencio no es una buena forma de comunicación. ¡Si algo le molesta tiene que expresarlo!
• Use la madurez (Proverbios 19:11) Tome la decisión de perdonar y así vencerá al rencor. ¡El poder del perdón paraliza al espíritu del rencor! Va a perdonar por decisión no por sentimiento!

¡Recibir ofensas es inevitable pero el perdonar debe ser inevitable también!