¡Verdaderamente, no hay desempleados en el reino de Dios! El señor bien lo dijo que “La mies es mucha y los obreros pocos.” Pero muchos se confunden pensando que trabajar para Dios es ir a la iglesia todos los domingos. Tales personas están muy equivocadas; lo sé, porque yo era una de ellas.
Toda mi vida he sido “cristiana” pues tuve la dicha de nacer en el evangelio. Todos los domingos los dedicábamos a Dios empezando con la escuela dominical por la mañana y luego el servicio por la tarde. Además de los domingos en la iglesia, también había la ocasional vigilia y ayuno. De joven, comencé a participar en los servicios juveniles; me daban el privilegio de dirigir los cantos de vez en cuando. Esa, según yo, era la vida cristiana que Dios quería para mí. Hoy me doy cuenta que lo que hacía no era ni una fracción de lo que Dios quiere para mi vida ministerial.
Antes de llegar a la visión G12, le dije a Dios: “Señor llévame a una iglesia donde yo sea necesitada - donde me pongan a trabajar. Ya no quiero ser espectadora nada mas – quiero entrar en el fuego; quiero entrar en acción.” Lo que no me puse a pensar era en el lío que me estaba metiendo al pedirle tal cosa pues Su palabra dice “Clama a Mí y Yo te responderé…” ¡Eso fue exactamente lo que hizo al enviarme a Kingdom of Heaven! Esta iglesia ofrece trabajo a todo aquel que esté dispuesto a trabajar en la obra del Señor. Cada vez que se me pide que haga algo, tengo que decir que sí porque el Espíritu Santo me recuerda y me dice en mi corazón: “Eso era lo que querías no puedes decir no a lo que pediste.”
La visión G12 no es para cualquiera, es para los que quieren trabajar en la viña. Hay iglesias llenas de “cristianos” pero no todos quieren dejar la rutina de llegar solo los domingos al servicio, sentarse, cantar, orar, ofrendar, oír el mensaje e irse a casa y volver a hacerlo el siguiente domingo. Tales cristianos nunca tienen tiempo para involucrase en el trabajo que Dios nos ha encomendado – ganar almas para Él.
Hace poco el Señor me dio una gran lección: Al decir “Jehová es mi Pastor” estoy poniéndolo a Él como mi líder, mi Señor y mi Proveedor. También estoy diciendo que soy oveja. Ser oveja quiere decir que escucho a mi amo, conozco su voz, confió en Él, toda mi vida depende de Él y lo más importante le obedezco todo a Él. Aprendí que para decir que Él es mi pastor, necesito primero examinarme para ver si verdaderamente soy oveja.
Conozco muchas personas con problemas, necesidades, enfermedades, etc. Y viven reclamando las promesas de Dios sin darse cuenta que sin ser su oveja, no hay derecho a reclamar. Tales personas necesitan preguntarse: ¿Qué he hecho yo para Él? ¿Me estoy comportando como su oveja? ¿Conozco la voz de Él? ¿Obedezco cuando me habla?
Si la respuesta es “No” te invito a hacerlo tu Pastor y a convertirte en su oveja y verás que verdaderamente “nada te faltará. En lugares de delicados pastos te pastoreará…confortará tu alma…” Tu Pastor proveerá todo lo que necesites. Aunque no tengas trabajo en esta economía, Él sí tiene mucho trabajo para ti en su obra y su pago es mayor que lo que la economía de Estados Unidos pudiera darte.